martes, 26 de junio de 2012

Romasanta.....


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“La primera vez que me transforme fue en la montaña de Couso. Me encontré con dos lobos grandes con aspecto feroz. De pronto, me caí al suelo, comencé a sentir convulsiones, me revolqué tres veces sin control y a los pocos segundos yo mismo era un lobo. Estuve cinco días merodeando con los otros dos, hasta que volví a recuperar mi cuerpo. El que usted ve ahora, señor juez. Los otros dos lobos venían conmigo, que yo creía que también eran lobos, se cambiaron a forma humana. Eran dos valencianos. Uno se llamaba Antonio y el otro don Genaro. Y también sufrían una maldición como la mía. Durante mucho tiempo salí como lobo con Antonio y don Genaro. Atacamos y nos comimos a varias personas porque teníamos hambre.”
Manuel Blanco Romasanta, CAUSA Nº 1778: CAUSA CONTRA HOMBRE LOBO, JUZGADOS DE ALLARIZ (ORENSE)
Manuel Blanco Romasanta es considerado, por sus crímenes y por la alarma social que llegó a causar, el primer asesino en serie español. Romasanta poseía un físico peculiar, pues era muy bajito aunque era un hombre atractivo con un poblado bigote. Su caso es curioso porque la justicia española lo reconoció como hombre lobo.
Romasanta se ofrecía en su medio rural para acompañar a sus convecinos, con la excusa de que los iba a colocar a servir en buenas casas, o les esperaba escondido en el bosque para asaltarles. La mayor parte de sus víctimas fueron mujeres y niños. Era buhonero y viajaba de aldea en aldea para vender sus mercancías.


Mataba a sus víctimas con sus manos desnudas y a dentelladas, las desnudaba y les quitaba todas sus pertenencias y ropas para venderlas luego y sacar un rendimiento. Luego comía de los cadáveres. Informaba a los familiares de que la presentación había ido muy bien y falsificaba cartas de las mujeres en las que aseguraban que estaban muy bien y que estaban muy agradecidas al buhonero por haberlas recomendado. Sus dos primeras víctimas fueron Manuela Blanco, de 47 años, de un pueblo cercano, y su hija Petra, de 6 años, a quienes asesinó en 1846 (Anteriormente se sospechó de él en el asesinato de un alguacil cerca de Ponferrada, aunque nunca llegó a probarse). Manuela se había separado de su marido y quería empezar una nueva vida lejos del pueblo. La captó con la excusa de que le había encontrado trabajo en casa de un cura. También engañó y mató con la misma excusa a la hermana menor de Manuela, Benita, de 31 años, y a su hijo, Francisco, de 10 años.
Sospecharon de él porque dos hermanos de las mujeres asesinadas se dieron cuenta que una mujer llevaba puestas prendas de las desaparecidas. Cuando se enteraron de que se las había vendido Romasanta le denunciaron a la Guardia Civil.
Fue procesado en 1852 y aunque en principio fue condenado a muerte, se le conmutó la pena por cadena perpetua. En el juicio declaró que se convertía en lobo y que por eso mataba y que solía atacar con otros dos hombres lobo, Antonio y Don Genaro. Este último tenía dificultades para conservar la forma de hombre lobo, pero en cambio era el más voraz.
Durante el juicio le examinaron seis médicos, cuatro de medicina general y dos cirujanos, que concluyeron, pese a los esfuerzos de su abogado defensor para que le declararan loco, que “Manuel Blanco no es idiota, ni loco, ni monomaniático, ni imbécil y es probable que si fuera más estúpido no fuera tan malo. No hay en su cabeza ni en sus vísceras motivo físico que transforme el equilibrio moral, ni el más mínimo vestigio de haber perdido jamás la razón, pero sí la bondad”.
Los estudios actuales sobre los casos de licantropía se inclinan a pensar que son esquizofrénicos paranoides que tienen delirios en los que creen que se transforman en hombres lobo. En aquella época, el siglo XIX, y en el ambiente rural gallego, lleno de supersticiones y creencias mágicas, se le concedió a Romasanta el beneficio de la duda y su causa se llamaba oficialmente “Causa 1788, del hombre lobo”.
Fue condenado a muerte, pero un tal profesor Philips envió una carta a la Reina Isabel II, a través del ministro de Gracia y Justicia, para que le dejaran estudiar el caso. Aseguraba que Manuel estaba loco. El abogado defensor de Romasanta aprovechó esta afirmación para presionar alegando que no había pruebas suficientes de que Romasanta hubiera cometido los asesinatos y, además, iban a ofrecer el triste espectáculo de ejecutar a un loco. Isabel II conmutó el 24 de julio de 1853 la sentencia de muerte de Romasanta por cadena perpetua.

viernes, 22 de junio de 2012

El Mataviejas


Asesinos natos: José Antonio Rodríguez Vega, el "Mataviejas"

José Antonio Rodríguez Vega odiaba y deseaba a su madre al mismo tiempo. Como consecuencia de este complejo de Edipo, violó y asesinó a dieciséis ancianas.
Aparentemente, José Antonio Rodríguez Vega era el yerno ideal, educado, servicial, sociable y con cara de no haber roto un plato en su vida. Pero lo que nadie sabía era que Rodríguez Vega, durante su infancia, había desarrollado una relación viciosa con su madre a la que odiaba, temía pero también deseaba sexualmente. Más tarde experimentaría un sentimiento parecido hacia su suegra, pero esta vez sin contenido sexual.

El violador de la moto

En sus inicios, Rodríguez Vega fue conocido con este sobrenombre. Comenzó su carrera criminal con una larga lista de violaciones, hasta que el 17 de octubre de 1978, fue arrestado y condenado a 27 años de prisión. No obstante, su poder de convicción y su encanto, consiguieron que todas las denunciantes a excepción de una le perdonaran. El Código Penal Español vigente en 1978, consideraba el perdón de la víctima como una circunstancia eximente de responsabilidad criminal en determinados delitos, esto, sumado al buen comportamiento del que hizo gala en prisión, permitió que de los veintisiete años de cárcel a los que en un principio fue condenado, solo cumpliera ocho.

El Mataviejas

En menos de un año, José Antonio Rodríguez Vega, asesinó al menos a dieciséis ancianas. Como las víctimas vivían solas y el método utilizado para asesinarlas era la asfixia, la mayoría de las muertes fueron confundidas con óbitos naturales. Pero el fallecimiento de tantas ancianas, de edades comprendidas entre los 66 y los 93 años de edad, de forma tan similar y en tan corto espacio de tiempo, llamó la atención de la Fiscalía de Santander.

García Vega se hacía pasar por electricista, fontanero o simplemente por un vecino agradable, entablaba amistad con las víctimas y así se ganaba su confianza, de esta manera conseguía que le dejaran entrar en sus domicilios.
El 6 de agosto de 1987, Rodríguez Vega consiguió que voluntariamente, Margarita González de 82 años de edad, le permitiera entrar en su domicilio, tras violarla , la asfixió cubriendo con las manos sus orificios respiratorios, llegando incluso a conseguir que esta se tragara su dentadura postiza.
El 30 de septiembre de 1987, violó y asesinó también en su domicilio a Carmen González Fernández, de 80 años. A finales de ese mismo año, Rodríguez Vega también violó y asesinó a Natividad Robledo Espinosa .
En enero de 1988, el cadáver de Carmen Martínez González fue encontrado con signos de asfixia en su domicilio. En abril de 1988, Rodríguez Vega contrató los servicios de Julia Paz Fernández de 66 años, que se dedicaba a la prostitución, también la violó y la asesinó asfixiándola, siendo encontrado su cuerpo desnudo. La identidad del resto de las víctimas no fue revelada.
El 19 de mayo de 1988 fue arrestado mientras daba un paseo y en Comisaría confesó sus crímenes.

Un psicópata de manual

En su domicilio, José Antonio Rodríguez Vega, tras asesinar a sus víctimas robaba uno de sus objetos personales como trofeo. Normalmente se trataba de pertenencias sentimentales de las ancianas, como rosarios, muñecas de porcelana o figuras de aparador. En su domicilio guardaba todos esos recuerdos en una habitación, especialmente destinada al efecto, cuyas paredes estaban pintadas de color rojo. La policía mostró una filmación del interior de esta habitación a los familiares de las mujeres ancianas muertas por asfixia en aquéllas fechas en Santander. Los parientes de muchas de esas mujeres identificaron objetos personales de ellas entre los trofeos de Rodríguez Vega, de esta manera fueron conscientes de la verdadera causa de su muerte.
José Antonio Rodríguez Vega fue juzgado y condenado a 432 años de prisión de los que solo cumpliría veinticuatro.
Era un psicópata de libro, frío y calculador, nunca asumió su culpa. Se tenía por una estrella mediática e incluso llegó a amenazar a un psiquiatra de los que le trató con matarle cuando saliera de la cárcel, porque le ofendió calificándole de esta manera.

Su muerte en prisión

Rodríguez Vega nunca tuvo una buena relación con los demás reclusos en la cárcel. A la dura vida en prisión, se sumaban su carácter cínico y su prepotencia. A menudo solía provocar psicológicamente la ira ajena. Entre otros comentarios morbosos, a Rodríguez Vega le gustaba repetir con frecuencia que cuando saliera de la cárcel iba a hacerse millonario publicando sus memorias. Por este motivo, fue trasladado en varias ocasiones de centro penitenciario. El 24 de octubre de 2002, cumplía condena en la cárcel de Topas, en Salamanca, cuando fue apuñalado por dos reclusos del centro, supuestamente por incumplir el código legal de los presos en varias ocasiones, siendo un violador y habiendo ejercido de chivato para los funcionarios de prisiones. Durante el juicio, sus asesinos declararon que fueron estos quienes les proporcionaron las armas blancas para acabar con la vida de Rodríguez Vega, que tras su asesinato, fue enterrado en una fosa común. En su funeral solo estuvieron presentes los dos enterradores.


miércoles, 20 de junio de 2012

Tan solo un mendigo.....


Francisco García Escalero, el mendigo asesino de Madrid


La vida en las calles es dura. Tanto, que puede convertirse en un verdadero infierno si la mente de la persona que la vive no está en perfecto estado.
Sin embargo, los motivos para vivir en esas condiciones pueden tener un origen muy anterior en el tiempo, y situarse en la niñez de esa persona.
Es algo parecido a lo que sucedió con el mendigo asesino de Madrid, Francisco García Escalero.
Nació el 24 de mayo de 1954, y creció en una chabola situada en un poblado situado a unos 200 metros del Cementerio de la Almudena. Un lugar con mucha historia que sin duda tuvo su influencia en la ávida imaginación de los niños de la zona.
Pero Escalero tenía algo más en su mente. Sus instintos suicidas comenzaron a aflorar muy pronto. Desarrolló la necesidad de cruzar la calle, muy transitada, justo en los momentos en que más tráfico había. Sólo la suerte impidió que muriera. Sí se registran, de esa época, numerosas contusiones, provocadas por algún vehículo que no pudo frenar a tiempo.
Su padre, violento y alcoholizado, no toleraba esa conducta y cada intento de suicidio era “recompensado” con una paliza.
En 1970 ingresó en un psiquiátrico, con la esperanza de intentar curar esa tendencia, que se hacía más grande debido a su falta de formación académica y su reservada personalidad. En esa época comenzó a realizar pequeños hurtos, además de entrar en casas abandonadas y a espiar a mujeres  y parejas escondido detrás de las persianas y cortinas, mientras se mansturbaba.





En 1973 robó una moto y fue trasladado a un reformatorio, donde se encerró más en si mismo y comenzó su descenso al terrible destino que le esperaba
Una pareja que paseaba por las cercanías del Cementerio de la Almudena, el mismo que le vio crecer, fue la primera víctimade su locura. Mientras el chico era forzado a mirar, Escalero y sus amigos violaron a la chica.
Por suerte, fueron detenidos y encarcelados durante doce años.
La prisión no fue una liberación para Francisco, sino que su psicopatía continuó creciendo y creciendo. Su cuerpo se llenó de tatuajes, alguno de ellos con frases tan ilustrativas como “Naciste para sufrir”.
Una vez libre, la bebida y las drogas comenzaron a inundar su vida y a hacerle más violento e irritable.
En su cabeza, unas voces le instan a cometer nuevos crímenes y a hacerle visitar los cementerios para profanar tumbas e incluso, mantener relaciones sexuales con los cadáveres.
En esa época, en 1987, consumó su primer asesinato, el primero de muchos. María Paula Martínez, una prostituta conocida en la calle Capitán Haya de la capital como Meli contaba con 30 años cuando se cruzó con Francisco. Subió al 124 que conducía su verdugo y su cuerpo apareció, calcinado y decapitado, unos días más tarde en las afueras de San Fernando de Henares.
Su cabeza nunca apareció.
A partir de ese momento, los crímenes se multiplican. Aparecen varios cuerpos con las mismas características en Madrid.


Cuerpos acuchillados, quemados y en ocasiones, sin vísceras. Algunos cuerpos estaban incluso parcialmente comidos por su asesino.
Ángel, un compañero de calle, apareció con el cuello parcialmente diseccionado y con las yemas de los dedos amputadas.
A los dos meses, es Julio, otro indigente, esta vez de 65 años, el que aparece con el cuerpo lleno de cuchilladas y calcinado y  el pene amputado.
Cinco cadáveres más aparecieron durante ese periodo.
Por otros motivos, Francisco terminó ingresado en el Hospital Psiquiátrico Alonso Vega, del que salió huyendo acompañado de Víctor Luis Criado, también interno en el mismo.
Cuarenta y ocho horas después, es localizado muerto, con el cráneo hundido quemado con papeles y mantas junto a la Iglesia de los Sagrados Corazones.
Francisco continuó escuchando las voces que le animaban a matar, y en esta ocasión, decide suicidarse de la manera en que lo intentó tantas veces de niño: tirándose encima de un coche.
Una pierna rota fue lo único que sacó en claro, pero una vez en el hospital, confesó sus crímenes de manera espontánea a los médicos y enfermeras que le atendieron.
En su primera confesión, aparecieron 11 asesinatos. A medida que los interrogatorios se sucedían, el número comenzaba a crecer, hasta llegar a 15.
También se inculpó de otros, como uno sucedido en Barcelona. Allí, aseguró, había acuchillado a un transexual cuando estaba solicitando servicios sexuales, en compañía de otro indigente.
Ese caso, no obstante,  tenía ya a varios skin-heads inculpados y detenidos, y aunque los detalles coincidían en parte, había sido asesinado a golpes, y no a cuchilladas como él aseguraba haber perpetrado el asesinato.


El juicio tuvo lugar en 1995 y el veredicto fue de absolución para el encausado, debido a una más que probada enajenación mental.
Actualmente, Francisco García Escalero está ingresado en el psiquiátrico de Foncalent, en Alicante, y no ha presentado más problemas para el personal sanitario del mismo.
La larga carrera criminal de Escalero le ha convertido en el mayor asesino en serie de la Crónica Negra española

lunes, 18 de junio de 2012

El Secreto de la Montaña Final

Nicolai Thibeaux-Brignolle (Николай Тибо-Бриньоль). Presentaba múltiples fracturas en el hueso temporal derecho, con ampliaciones en los huesos frontal y esfenoides, siguiendo un patrón ovalado. Según una de las hipótesis, siguiendo la teoría de la avalancha, estaría durmiendo cerca de su cámara fotográfica y al caer la nieve sobre ellos, su cabeza golpearía con el objetivo de la misma. Dentro de la tienda no había ninguna cámara rota ni manchada de sangre y el patrón de las huellas no muestra el arrastre de una persona inconsciente en la huida hacia el bosque, cuando esta herida provocó una hemorragia cerebral que lo dejaría en un estado muy similar al coma. El forense, Vozrojdenniy, no estaba de acuerdo, porque la herida y el hundimiento del cráneo no muestra un círculo perfecto, sino irregular, más parecido al de una piedra, pero también descarta la caída accidental sobre una piedra.

Se podría saber más sobre el golpe si se pudiera observar la retina, desprendida o no, pero por desgracia los globos oculares habían desaparecido.


También presentaba un hematoma en el lado izquierdo del labio superior y una hemorragia en la parte baja del antebrazo, el tamaño de 10 * 12cm.

Causa de la muerte: hemorragia cerebral.


Alexander Kolevatov (Александр Колеватов). Ausencia de los tejidos blandos alrededor de los ojos y de los ojos, las cejas han desaparecido y los huesos del cráneo están expuestos. Los daños en la cara que sufren los cuatro cadáveres tienen una explicación sencilla, la carne, primero congelada y después mojada durante el deshielo, se puede separar con mucha facilidad del cráneo.

Tiene una fractura en la nariz, una herida abierta detrás de la oreja, el tamaño de 3 * 1,5 cm y el cuello deforme (no se detalla qué tipo de deformidad).

Causa de la muerte: hipotermia.


Aunque no lo asegura, el forense no descarta que las heridas sufridas fueran producto de una caída por el barranco, que debería haber superado los 3 metros para causar esas lesiones.

Sin embargo, los cuerpos se encontraron a unos pocos metros de un refugio excavado en la nieve. Tal vez fueran arrastrados por la nieve durante el deshielo, pero lo cierto es que algunos de ellos crearon el refugio a  75 metros desde el árbol  en un barranco que estaba oculto a los vientos fríos. Probablemente fue una idea de Zolotariov. Era una forma común de sobrevivir a los inviernos y dadas las circunstancias ofrecía la mejor oportunidad de supervivencia para los que se quedaron esperando. Puede que la madriguera la construyeran entre todos, pero tanto Doroshenko como Krivonishenko ya habían fallecido, porque parte de las ropas que les quitaron se encontró aquí. Habían aislado el suelo de la nieve colocando ramas.


El equipo forense que realizó las autopsias de los nueve cuerpos fue el mismo, aunque aparecieran a lo largo de tres meses. Una declaración de la ayudante del forense, Maria Ivanovna, afirma que se examinaron once y no nueve cadáveres, pero dos desaparecieron o fueron descartados. Al preguntar le dijeron que siempre hubo nueve. Puede ser que esos dos cadáveres misteriosos fueran a parar a la sala equivocada, es un error que ocurre con más frecuencia de lo que parece, o que hubieran aparecido por los alrededores, de lo cual no se tiene ninguna constancia. Otra versión cuenta que Ivanovna simplemente iba en el tren antes del accidente y vio a los chicos, contando un grupo de 11 (eran 10, porque Yuri Yudim aun seguía con ellos).


En el informe se indica que hay prendas quemadas. En la fotografía de abajo, tomada por una de las cámaras que se encontraron, se ve a Rustem posando con un abrigo quemado. Dyatlov diseñó una estufa de leña para colocarla dentro de la tienda. Calentaba a todos, pero nadie quería dormir cerca por no quemarse. En el diario, en la entrada del 28 de enero, Dubinina, que firma como Luda, escribe que la noche anterior le tocó a él dormir junto a la estufa, noche que se pasó sin poder dormir y quejándose, además, se quemó su abrigo.



La muerte por hipotermia accidental se da en el 5% de los casos, el 95% restante es producto de una avalancha. En regiones tan límites como Siberia el porcentaje sube, claro, pero tratándose de esquiadores con 9 años de experiencia en alta montaña y en condiciones límite, no me atrevería a subirlo al 50%. El hecho de que sus compañeros de búsqueda esperasen encontrarlos vivos 20 días después de su desaparición es lo que hace el caso tan misterioso.

La hipotermia es el descenso de la temperatura corporal por debajo de los 35º por causas de enfermedad o exposición prolongada al frío. Es muy importante el estudio de los órganos internos para determinar una muerte por hipotermia y no por otro factor. Es cierto que comienza a nivel de los vasos sanguíneos y capilares de la piel, esto ralentiza la circulación sanguínea y es lo que provoca el fallo múltiple en los órganos, con microinfartos, acidosis, hipoxia, coagulación intravascular. Los que resultan más dañados son los riñones, el hígado y el corazón.

El viento y la humedad aceleran el proceso unido al frío intenso. Se produce la constricción sanguíneos cutáneos, disminuyendo la temperatura superficial. A medida que desciende la temperatura corporal, el metabolismo se reduce a la mitad por cada 10°C de descenso. Las primeras manifestaciones se presentan en el Sistema Nervioso Central donde el flujo cerebral disminuye un 6% por cada grado centígrado de descenso. A los 32°C aparecen dificultades en el razonamiento, así como confusión. A los 30°C los reflejos desaparecen y las pupilas quedan fijas en midriasis. El coma aparece a los 26°C y el electroencefalograma es plano a los 20°C.El sistema cardiovascular reacciona con taquicardia e hipotensión por debajo de los 26°C. En la microcirculación aparece sedimentación de los glóbulos rojos con hipoxia y acidosis a causa del aumento de la viscosidad de la sangre. Por debajo de la misma temperatura son comunes las arritmias (fibrilación auricular y bloqueos A-V). A los 20°C aproximadamente aparece la asistolia que, junto con la fibrilación ventricular, suele constituir la causa específica de la muerte. El corazón se para.


Éste es el informe sobre los niveles de radiactividad encontrados en las ropas. Analizan al menos cuatro objetos, se dice que se midió radiación en los pantalones y el jersey de Krivonishenko y el abrigo y el gorro de Dubinina. Los pantalones de Krivonishenko y el jersey los usó Dubinina una vez muerto éste, y el abrigo de ella, Zolotariov cuando ésta murió. La  radiación es superficial, conocida como beta-radiación, del isótopo K-40 (potasio). Podía estar presente en la nieve o pudieron entrar en contacto con él en el instituto. El potasio 40 se utiliza en geología en la datación de la edad de las rocas. Yuri Yudim pasó el último día antes de volver a su casa buscando rocas por los alrededores del pueblo. Este isótopo de potasio 40 está muy presente en la naturaleza, ya que es uno de los más estables.

En el diario del grupo, en la entrada de 28 de enero, Dubinina cuenta:

“Nos despierta Yurka Kri (Yurka es la forma amistosa de llamar a Yuri y Kri el diminutivo de Krivonishenko. Sasha es el diminutivo cariñoso de Alexander) y Kolevatov Sasha. El tiempo es perfecto. Hace sólo-8C  en el exterior. Después del desayuno, algunos de los chicos dirigidos por Yury Yudin, nuestro bien conocido geólogo, fue en busca de minerales locales. No encontraron nada, excepto pirita y venas de cuarzo en la roca. Pasé algún tiempo con los esquís, fijando y ajustando el montaje. Yuri Yudin ahora va de regreso a casa. Es una lástima, por supuesto, que nos deje. Sobre todo para mí y Zina (diminutivo cariñoso de Zinaida), pero nada se puede hacer al respecto. Luda”

En este caso, sería Yudim el que pudiera llevar ropa radiada, pero ese mismo día vuelve a su casa por tener problemas en la espalda. Durante el reconocimiento de sus compañeros muertos y sus pertenencias, dice que la camisa que lleva Dyatlov era suya, y que el día de su marcha se lo dio a Doroshenko. Pero la fuente de radiación no era esta camisa, sino el jersey y los pantalones de Krivonishenko, que luego pasaron a Dubinina. Krivonishenko conocía el peligro de la radiación, podía ayudar a datar rocas en el instituto, pero de ahí a llevar ropa contaminada en una excursión hay un paso grande.

Lo más sensato es pensar que la radiación se encontraba en la nieve que cubría los cuerpos.


Pasaporte de Zolotariov. Otra de las incógnitas es por qué se presentó ante el grupo con un nombre distinto al suyo, Alexander en lugar de Cenem. No es tan raro si pensamos que su segundo nombre era más bonito.

Yuri Yaravoi fue uno de los fotógrafos que participó en las labores de rescate. Posteriormente escribió un libro que tuvo que reescribir al menos cinco veces más por problemas con la censura. El libro tiene un nombre extraño, traducido como” la más alta de las complejidades”. Este libro tiene un final más feliz, sólo muere Igor Dyatlov (será por justificar el nombre del paso). Esto no sería tan raro si tanto el autor como toda su familia no hubieran muerto en un accidente de tráfico y los escritos que podía tener en su poder desaparecieron, según relato de amigos y familiares.


Todos los documentos, excepto los que algunos dicen que han desaparecido y otros que nunca existieron, estaban a disposición pública hasta que lo famoso del caso hizo que demasiada gente hurgara en ellos, por lo que restringieron el acceso. Una copia se encuentra en la Fundación Dyatlov.

Yuri Kuntsevitch es el director actual de la Fundación Dyatlov, que se creó en el Instituto Politécnico para perpetuar la memoria de los fallecidos y esclarecer su muerte. Ellos tienen en su poder todos los documentos disponibles del caso, así como las fotografías obtenidas, telegramas, informes y el diario del grupo.


Más misterios: La anomalía de nieve. Así es como denominan a una pauta extraña en la distribución de la nieve. La carpa y las huellas que salían de ella estaban casi sin cubrir, a 500 metros, los cuerpos de Kolmogoroba y Rustem estaban cubiertos por la nieve. Más abajo, los cuerpos de Igor y los dos “Yuris” encontrados bajo el árbol, estaban apenas cubiertos, así como los restos de la hoguera. Más abajo, los cuatro cuerpos del barranco estaban cubiertos completamente por la nieve.

La explicación es que se debe a los vientos que soplan por la zona, en unas zonas, como la superior del monte y la intermedia del valle, arrastran la nieve dejando solo la capa de hielo. En las dos franjas intermedia y el barranco, al estar en una pendiente, la nieve se deposita y no se mueve por el viento.

Y hablando de nieve. Se cuenta, aunque no hay pruebas de ello, que junto a los fallecidos apareció una nota con un extraño mensaje: “Los muñecos de nieve existen”. De ser cierta, no se sabe quién la escribió ni a qué muñecos se refieren. Aunque irónicamente, ellos se habían convertido en unos muñecos de nieve.

¿Por qué no volvieron a por su ropa de abrigo?, no les dio tiempo, murieron de frío antes de lograrlo. Y qué pasó realmente, solo ellos y los espíritus de la Montaña lo saben.

El Secreto de la Montaña Parte V


Muerte por hipotermia.


Igor Dyatlov (Игорь Дятлов). Cabeza desnuda. Abrigo de piel con bolsillos desabrochado. Camisa de manga larga, jersey no muy grueso. Pantalones, pantalones de esquí. Sin calzado. Calcetines de algodón en ambos pies, calcetín de lana sólo en el pie derecho. En los bolsillos tenía una navaja pequeña y una fotografía de Zinaida Kholmogorova. Su reloj se paró a las 05:31. La camisa de manga larga era de Yuri Yudin, éste la identificó posteriormente y explicó que se la había prestado a Doroshenko. Todo indica que las prendas de los dos primeros en morir se la repartieron sus compañeros, o que entre ellos intercambiaban ropa.


Lesiones: Abrasiones en la frente de color marrón-rojizo. Escoriaciones en ambas mejillas de color marrón-rojizo, sangre seca en los labios, pérdida antigua de un incisivo en la mandíbula inferior.

En el tercio inferior del antebrazo y la superficie de la palma de la mano (no indica cuál de las dos, supongo que la derecha) muchos arañazos pequeños de color rojo oscuro. Contusión en las articulaciones metacarpofalángicas de la mano derecha de color marrón rojizo (es decir, la zona del puño con la que se golpea con la mano cerrada). Contusiones en la mano izquierda de color marrón rojizo. Heridas superficiales en segundo y quinto dedo de dicha mano.

Fuerte golpe en las rodillas sin sangrado. Moretones en el tercio delantero inferior de la pierna  derecha (encima del tobillo). Abrasiones en ambos tobillos de color rojo brillante con hemorragia subyacente.

Causa de la muerte: Hipotermia.


Zinaida Kolmogorova (Зинаида Колмогорова). Su cadáver se encontraba semienterrado. Estaba mejor vestida, llevaba dos gorros, camisa de manga larga, jersey, otra camisa sobre el jersey y otro jersey encima con las mangas rasgadas. Pantalones de deporte, pantalones de algodón, pantalones de esquí con tres pequeños agujeros en la parte inferior. Tres pares de calcetines. Sin calzado. Llevaba una máscara militar, no se indica de qué tipo.

Tenía un hematoma de 29 cm de largo por 6 de ancho que rodeaba el lado derecho a la altura de la cintura.

Congelación en las falanges de los dedos, contusiones en las manos y las palmas. Meninges inflamadas (signo de hipotermia).

Causa de la muerte: hipotermia.


En la fotografía del funeral se aprecia que tiene quemaduras por el hielo en la cara y la nariz congelada en parte. Al ser la fotografías en blanco y negro la coloración de la cara no se de qué color es.

Rustem Slobodin (Рустем Слободин). Llevaba una camisa de manga larga, otra camisa, un jersey, pantalones encima de otros pantalones, cuatro pares de calcetines y una bota en el pie derecho. En los bolsillos llevaba un cuchillo, una caja de cerillas, un peine, su pasaporte, 310 rublos y un lápiz. Su reloj estaba parado en las 08:45.

Lesiones: Abrasiones en la frente de color rojizo, hematoma de color marrón rojizo en el párpado superior del ojo derecho con hemorragia subyacente. Restos de descarga de sangre en la nariz. Labios inflamados, hinchazón y abrasiones irregulares en la mitad derecha de la cara. Abrasiones en el lado izquierdo de la cara.

Epidermis rota en todo el antebrazo derecho. Hematomas en la zona metacarpofalángicas de ambas manos. Magulladuras de color marrón rojizo en la cara medial del brazo izquierdo y la palma de la mano izquierda.

Contusiones en la tibia izquierda.


En la cabeza presentaba una fractura en el hueso frontal y en los músculos temporales de ambos lados de la cara.

El forense no se explica la naturaleza de las lesiones, es como si hubiera ido golpeándose sucesivamente con todo lo que encontrara a su paso.

Era el único cuerpo que mantenía algo de calor corporal en el momento de caer la suelo, ya que la nieve bajo su cabeza se había derretido transformándose posteriormente en hielo (la herida en la cabeza ayudó). Su cadáver estaba completamente cubierto por la nieve.

Causa de la muerte: hipotermia.


Imágenes del primer funeral. No se aprecia un color extraño en los cuerpos.


Claro que en esta fotografía han eliminado los cuerpos y sólo se ve a los familiares.

Los cuatro cuerpos que faltaban se encontraron en un barranco de 2 a 4 metros de profundidad, junto al arroyo producto del deshielo.


Lyudmila Dubinina (Людмила Дубинина). llevaba ropa interior, una camisa de manga corta, camisa de manga larga, dos jerséis, dos pares de pantalones, calcetines largos, otro par de calcetines dañados por el fuego y un calcetín desparejado. Había cortado en tiras un jersey, una parte la llevaba enrollada en el pie izquierdo, la otra se había desprendido. Se encontró entre la nieve. Llevaba el pantalón y el jersey de Krivonishenko, en los que se encontraron unos niveles bájos de radiación.

Daños corporales: La lengua no se encuentra, el músculo hipogloso falta así como los músculos del suelo de la boca. No indican si está arrancada o no, simplemente que no está. Los tejidos blandos alrededor de los ojos, los ojos y las cejas han desaparecido, así como la piel del área temporal izquierda y el hueso se encuentra parcialmente expuesto.

Los cartílagos nasales se han roto y aplanado. Faltan los tejidos blandos del labio superior, por lo que los dientes y el hueso de la mandíbula superior están expuestos

Lesiones en las costillas. En el lado derecho están rotas las costillas 2, 3, 4 y 5 siguiendo dos líneas de fractura visibles. En el lado izquierdo: están rotas las costillas 2, 3, 4, 5, 6 y 7, siguiendo también dos líneas de fractura visibles.

Hemorragia masiva en la aurícula derecha del corazón. Se encuentran 100gramos de sangre coagulada en el estómago. Hematoma en el muslo izquierdo medio, tamaño de 10 * 5 cm.

Tejidos dañados alrededor del hueso temporal izquierdo, tamaño 4 * 4 cm.

Motivo de la muerte: hemorragia cardíaca y hemorragia interna.


“Alexander” Zolotariov ( Семен “ Александр ” Золотарёв). Los ojos han desaparecido. Faltan los tejidos blandos alrededor de la ceja del ojo izquierdo, en una superficie de 7 * 6 cm, el hueso está expuesto. Tiene rotas las cotillas 2, 3, 4, 5 y 6 del lado derecho, siguiendo dos líneas de fractura visibles. Herida abierta en el lado derecho con el hueso expuesto de 8*6 cm de tamaño.


Tanto Zolotariov como Dubinina tiene un mismo patrón de lesiones. Son muy similares en la dirección y la fuerza ejercida, a pesar de que tanto la altura y la complexión corporal de los dos es muy distinta. Lo que les causó estas lesiones no fue un evento único y uniforme, pero sí produjo daños similares en dos personas distintas. Sería como comprobar cuánta fuerza hay que ejercer para romper las costillas en una mujer fuerte de 20 años y en un hombre atlético de 37, la potencia de la fuerza ejercida es distinta, pero el resultado el mismo.


Bajo la ropa se encontró el siguiente tatuaje: Г + С + П = Д (no se especifica en qué parte del cuerpo) El último símbolo detrás del igual significa “amistad”, los tres primeros son las iniciales de los amigos, era un tatuaje muy común entre los soldados soviéticos que sirvieron mucho tiempo juntos. Entre las letras no hay ninguna A, por lo que el nombre con el que se presentó al grupo, Alexander, realmente no era el suyo, sino Cemen. También encontraron una frase militar y su años de nacimiento, 1921

La conclusión de la autopsia es que Zolotariov murió de hipotermia agravada por las lesiones sufridas.

Continua en el siguente post...
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Esteban

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Re:Kholat Syakhl: La Montaña de los Muertos.
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