Teoría del ataque de tribus autóctonas
En esta zona habitaban la tribu de los Mansi. Los mansi también fueron sospechosos de las muertes de los esquiadores, por la coincidencia del número nueve, por adentrarse en sus territorios, pero pronto fueron descartados como culpables, de hecho, su ayuda fue muy importante en las tareas de búsqueda.
Se decía que podían estar enojados con los chicos por entrar en territorio sagrado, pero esa zona para ellos no era sagrada en absoluto, al contrario, pensaban que estaba embrujada.
Aunque les hubieran atacado guerreros mansi armados, los esquiadores también iban armados. Llevaban un fusil, un hacha y varios cuchillos, exceptuando algún cuchillo que apareció con los cadáveres, todo lo dejaron en la tienda. Si te atacan ladrones o gente de la tribu molestos, primero no huyes sin las armas, y segundo, los ladrones habrían saqueado el campamento, y no se llevaron nada. Y aparte de las huellas de los chicos y los posibles destrozos que causara el equipo de rescate (añado otra vez que esperaban encontrarlos vivos, por lo que no fueron muy cuidadosos con dónde pisaban al descubrir el campamento) no había rastro de más personas.
Las huellas de la fotografía son las que se usaron para seguir el rastro del grupo, conducían hacía el árbol dónde aparecieron los dos primeros cadáveres. Se les llama “huellas en columna”, una vez prensada la nieve, la huella se congela y al soplar viento que arrastra el polvo de nieve que las rodea, quedan estas curiosas formaciones, que son las que tuvieron en cuenta para localizarlos. Son las huellas de un grupo de ocho a nueve personas, caminan juntas aunque en algunos tramos alguien se desvía del grupo y vuelve a unirse más adelante. Son huellas antiguas, muy diferentes de las que podrían dejar los equipos de rescate. Pocos de los pies llevan zapatos y la dirección coincide con la posición de los cuerpos.
Llevan un paso organizado, todas las demás pisadas caóticas alrededor de la tienda lo más probable es que pertenezcan al equipo de rescate, por lo que la teoría de la huida a lo loco no se sostiene. Abandonaron con mucha prisa la tienda, sí, pero sabían hacia dónde se dirigían.
También se especuló con un posible ataque de fugitivos ocultos en la montaña. Siberia, en el momento de la tragedia era todavía una tierra de Gulag o deportación de presos políticos. Muchos campos de concentración pequeños se dispersaron por toda la región. El más cercano era el de Ivlag a pocos kilómetros del sitio de una tragedia. En ocasiones hubo fugas, los presos se escapan y se esconden durante años e incluso décadas, juntos en lugares aislados.Los jóvenes pudieron convertirse en testigos no deseados y ser asesinados. Muchos de los presos políticos lucharon en los frentes de la Segunda Guerra Mundial, sabían cómo matar y no les preocupaba hacerlo. Pero sin en un solo día estas pobre criaturas se congelaron, no me imagino un campamento de fugitivos en un lugar tan inhóspito, sin contar con que no hay rastro de ellos ni los mansi tienen noticias suyas.
Por otra parte Yury Yudin, que tuvo que reconocer el equipo, la ropa y los cuerpos de sus amigos, descubrió un pedazo de tela que no pertenecía a ninguno de los miembros del grupo. Era un “obmotki”, una pieza de ropa que se usaba para envolver alrededor de los pies o las piernas para mantener el calor, enrollándolo como una venda. Tienen una forma característica y es de un material determinado. Se utiliza ampliamente entre los soldados en los años 40 y después entre los prisioneros de los campos de concentración de Stalin. Y quién sabe si no lo seguiría usando algún soldado de la época. Nadie sabe cómo llegó aquí y nadie sabe cómo desapareció de la sala de pruebas. Pero lo hizo.
Teoría de una avalancha
Esta fue la primera versión casi oficial. El tiempo había empeorado dificultando la visibilidad, ellos mismos lo explican en sus diarios. La zona de la montaña que eligieron para acampar era propensa a sufrir avalanchas y ellos lo sabían, por eso una de las dudas que surgieron fue por qué eligieron ese lugar, que no era el más apropiado. Se pensó que debido al mal tiempo se equivocaron de camino, y demasiado cansados para retroceder, acamparon en ese lugar. Yuri, el único superviviente, no opinaba lo mismo; conocía la forma de pensar de Dyatlov, y en su opinión, sí es cierto que el mal tiempo les retrasó más de lo previsto, y la acampada debía ser 20 kilómetros más adelante, una vez pasada la falda de la montaña, pero en lugar de retroceder y perder más tiempo o avanzar que era más peligroso, lo más lógico era que acamparan justo donde lo hicieron. Era cierto que en esa ladera se producían avalanchas ocasionales, pero nada indicaba que fuera a ocurrir una, y estaban lo suficientemente alejados para huir y protegerse.
Teniendo esto en cuenta, no es descabellado pensar que el miedo a un desprendimiento de nieve no estuviera presente entre ellos, habían aceptado un riesgo. La teoría oficial continua indicando que durante la noche, un potente ruido les hizo creer que se estaba produciendo un alud, de ahí su salida precipitada de la tienda y el correr a ponerse a salvo en el bosque.
Una de las últimas fotos del grupo, estableciendo su último campamento.
No hubo ninguna avalancha ni esa noche ni después, la nieve que cubría la tienda y los cuerpos era mínima y la justa en una montaña donde cae la nieve. El equipo de los jóvenes (los esquíes, etc) estaba clavado rodeando la tienda tal y como lo dejaron ellos, así lo demuestran las últimas fotos tomadas por el equipo y las del grupo de rescate. De haber un movimiento en la nieve, estarían cubiertos o desplazados y no es así.
El equipo de los esquiadores perdidos sigue en la misma posición.
No hubo desprendimientos, por lo que la teoría oficial continua diciendo que el ruido que les asustó pudo ser el de un avión en pruebas, cerca hay una base militar, y eso explicaría las luces naranjas que vieron los excursionistas. Unos deportistas cualificados saben distinguir el sonido de un avión y el de la nieve deslizándose, pero aunque así no fuera y la tensión les hiciera separarse de la tienda, al ver que no había peligro y que se estaban congelando, hubieron vuelto a por su ropa de abrigo, cosa que no hicieron.
En estas dos fotos se aprecia cuales eran las condiciones meteorológicas durante su último trayecto. Como veréis van muy abrigados.
Es de día, y en el diario del grupo indican que la temperatura es de -18º a -24º de día. El sol está a punto de ponerse, a las 17:02 horas. La última anotación del diario de Dyatlov, dice:
“No podemos dejar que cualquiera en nuestra situación comience el ascenso a las montañas. A cerca de 16:00. Debemos elegir el lugar para la carpa. Hay viento, un poco de nieve. La capa de nieve es de 1,22 metros de espesor. Cansado y agotado, empezamos a preparar la plataforma para la tienda. La leña no es suficiente. No cavaremos un hoyo para el fuego. Demasiado cansado para eso. Cenamos justo dentro de la tienda. Es difícil imaginar un gran consuelo en algún lugar de la cordillera, con un viento penetrante, a cientos de kilómetros de distancia de los asentamientos humanos.”
Los daños en los cuerpos tampoco los pudo producir una avalancha, porque la línea de pisadas se aprecia que todos salieron por su propio pie, sin embargo, la herida del cráneo y la del tórax los inmovilizaría por completo y de inmediato. Les tendrían que sacar sus compañeros de la tienda y llevarlos con ellos, pero no hay marcar de arrastre y precisamente los más heridos fueron los últimos en morir.
¿Alguien se ha fijado en una especie de crucecita que se aprecia en la fotografía que toma el equipo de rescate de la tienda?
Fue tomada el 26 de febrero. El que está de espaldas es Vadin Brusnicin, compañero de los fallecidos del Instituto Politécnico y de los primeros en comenzar la búsqueda. La tienda es inconfundible, ya que la fabricaron uniendo dos carpas Igor Dyatlov y su amigo Boris Slovkov, que fue quien encontró e identificó la tienda. Es la primera foto tomada de la tienda, cuando aun creían que encontrarían vivos a sus compañeros. La cruz no tiene ningún significado religioso, ya que estamos en la antigua Unión Soviética, un estado ateo. Y esa misma cruz aparece en la última foto del equipo perdido mientras montaban esa misma tienda, el 1 de febrero.
O bien se trata de parte del equipo o de una señal para saber dónde establecerse. No está cubierta por la nieve.
En 25 días las condiciones climáticas no cambiaron mucho, como se aprecia en las fotos del equipo de rescate.
Teoría de la conspiración militar
La que casi todos tienen en mente. Y después de analizar las anteriores, muchas pistas apuntan a ella. Armas químicas, misiles de prueba, prototipos de aviones sobrevolando la zona…
No era desconocido para nadie que aquella fue una zona de maniobras militares. Gran parte de la zona era militar. Ekaterimburgo estaba rodeada de misiles antiaéreos. En esos años estaban probando un prototipo de misil que fallaba más que una escopeta de feria. Quitar de en medio a testigos inoportunos no es era un problema para ellos. Se supone que conocían la ruta que seguirían los chicos, pero los accidentes ocurren. Cerca de Sverdlovsk existía un gran complejo de experimentación de armas químicas.
Entre los tipos de armas que se podían estar experimentando, se habla de algo que explotó, aunque no aparecieron restos, lo que explicaría los daños físicos en cuatro de los chicos. Algún tipo de spray paralizante, resonancias ultrasónicas que producen confusión momentánea, un fuerte reflejo que pudo cegarlos, un arma química. Cualquier cosa que justificara su huida y por qué no volvieron a la tienda. Eran testigos incómodos y había que ejecutarlos. Aviones de prueba sobrevolando la zona, y tal vez rociando algún producto, no se puede descartar.
¿Y qué opinaba Yuri?. Él siempre estuvo convencido de que los militares tuvieron algo que ver. Tuvo que reconocer los cuerpos de sus amigos, que a juzgar por las fotografías de los cadáveres no tuvo que ser nada agradable y explicar qué prenda era de quién. También identificó dos materiales que no pertenecían al grupo, una tela militar y unas gafas, militares. Se encontraron tres cámaras dentro de la tienda, todas con fotografías similares desde distintas perspectivas, pero él insistió en que eran cuatro las cámaras que llevaban sus compañeros. También faltaba uno de los diarios.
Yuri Yudin también menciona que en algún momento de la investigación, vio unos documentos en los que indicaba que los militares comenzaron las indagaciones 10 días antes de que empezara la búsqueda oficial por la gente del Instituto Politécnico. Pero estos documentos también desaparecieron. También vio cómo se sacaban de la sala de autopsias recipientes con los órganos de sus amigos para enviar al laboratorio, que nunca llegaron. Y si llegaron, no hay informes de ellos. A pesar que los informes forense preliminares son muy detallados y profesionales.
El barranco donde aparecieron los últimos cuatro esquiadores, era una fosa cavada por ellos mismos aprovechando el desnivel del barranco, en teoría para protegerse del frío, pero allí aparecieron los más heridos. Tal vez fue en primer refugio al apagarse el fuego del árbol.
Teoría de espionaje
Por último, se ha llegado a afirmar que al menos uno de los miembros del equipo era un doble espía infiltrado. También hay quien opina que todos eran espías o estaban trabajando en algún proyecto secreto dentro del Instituto Politécnico. Sí es cierto que tres eran estudiantes de ingeniería, pero el resto de radio y economía. El sospechoso es el guía, Zolotariov, es mayor que el resto (37 años), usaba un nombre falso (no se llamaba Alexandre, sino Zenem) de origen cosaco y estuvo en el ejército. Era un veterano de guerra de un pelotón del que solo sobrevivió un 3%, tenía tres medallas al valor, cuando como mucho los veteranos tenían una, antes de la segunda ya estaban muertos.
Eso explicaría por qué había una prenda contaminada de radiactividad, aunque leve. En aquella época, los occidentales no tenían un acceso fácil para infiltrarse como espías, por lo que contrataban a ciudadanos rusos. Su misión era localizar los lugares dónde podría enriquecerse uranio, por eso intercambiaban con el espía en cuestión un objeto o una prenda impregnada de radiactividad. La central nuclear secreta de Tomsk-7 fue descubierta así, mediante el intercambio del gorro de un esquiador contaminado de radiación. Se supone que Zolotariov era un doble espía, le contactaban para entregar una prenda contaminada pero era una trampa para que la KGB diera con el occidental.
Muchas teorías, pero ninguna solución.
Tengo que hacer una aclaración muy importante: En las fotografías de los cadáveres (que no publicamos ahora), éstos están vestidos. Cuando se habla de ropa interior realmente habría que hablar de “ropa de interior”,o se dice que los fallecidos estaban medio desnudos, realmente no es cierto. Los esquiadores llevaban dos tipos de ropa, la de estar dentro de la tienda, que es la que se considera como ropa interior (ropa de interior, de interior de la tienda), y la de abrigo de exterior. La ropa de interior eran camiseta de manga corta, camiseta de manga larga, jersey (uno o dos), pantalones gruesos y varios pares de calcetines. También tenían un calzado especial para andar por la tienda. Salen de la tienda con la ropa de reposo dejando la de abrigo de exterior y los dos pares de zapatos. es raro que no llevaran puestos sus zapatos de interior de la tienda, puede que el incidente ocurriera justo cuando se estaban cambiando de calzado.
Los cadáveres encontrados bajo el árbol sí llevaban poca ropa, pero porque sus compañeros la cortaron en jirones para abrigarse, una vez estaban muertos y seguramente en rigor mortis, por eso tuvieron que cortar la ropa.
Esto descarta la teoría del “desnudo paradójico” por hipotermia, que viene a decir que en momentos de hipotermia extrema, los afectados comienzan a quitarse la ropa, desorientados. Ellos no estaban desorientados, porque intentaban mantener el calor por todos los medios. Pero un par de jerseys de lana y unos pantalones, en una noche que superó los -20º centígrados (se llega a especular con una sensación térmica de unos -30º debido al fuerte viento que soplaba), es prácticamente como estar desnudo.
Informe forense
El misterio de las muertes sigue siendo un misterio, pero al menos sabemos cómo murieron. Cuál fue la fuerza fuera de lo común que lo provocó, sólo puede intuirse.
Las autopsias de los cinco primeros cadáveres, se llevó a cabo en un pueblo de Vizhai por Boris Alekseevich Vozrojdenniy (irónicamente, su apellido significa “renacer”). Doroschenko, Krivonischenko, Dyatlov y Kholmogorova el 4 de marzo. Rustem Slobodin fue descubierto el 5 de marzo, por lo que su autopsia se produjo el día 8. Todos tenían contusiones, hematomas, abrasiones por congelación, congelación, manchas marrones (producto de las quemaduras en el hielo) y murieron de hipotermia.
Los cuatro restantes los encontró un cazador mansi con su perro. La zona de deshielo se había convertido en un arrollo, la carne congelada y mojada después los dejó muy deteriorados.
A los cuatro les faltaban los ojos y parte de la piel de la cara. Lyubina no tenía lengua ni parte de la cara incluido el labio superior. En el estómago encontraron sangre, podría ser de la hemorragia torácica o la lengua la perdió viva. Las costillas rotas del torax habían perforado la aurícula derecha del corazón.
El golpe en la cabeza de Thibeaux, con hundimiento y fragmentación del hueso temporal, le produjo una hemorragia que le dejaría sin sentido inmediatamente. Zolotariov también tenía las costillas del lado derecho fracturadas, le herida era abierta. Los tres murieron a consecuencia de las heridas, Kolevatov tenía el cuello en una posición extraña, parece que murió de hipotermia.
La tienda
En un principio se pensó que los desgarros en la tienda se produjeron desde fuera, fue en el almacén de pruebas donde la señora de la limpieza sugirió que parecían estar hechas desde dentro. Tenía razón, tuvieron que aceptar esta teoría.
El misterio sigue aquí, en la tienda de campaña, junto con sus objetos personales, su ropa de abrigo y el motivo que provocó su muerte.
Dyatlov diseñó una estufa especial para colocar en el interior de la tienda, como se ve en la foto. La última noche no la montaron, estaban muy cansados y no tenían leña.
La última fotografía
Se dice que ésta es la última fotografía que hicieron los chicos. La cámara pudo dispararse por accidente, en el techo de la tienda había una lámpara. O también pudo dispararse después, durante la manipulación de los objetos encontrados.
La radiactividad
Yuri Krivonischenko (Юрий Кривонищенко) trabajó en Chelyabinsk-40, una instalación nuclear secreta que sufrió un desastre que se conoce como el “Accidente Kushtumkoy”. El 29 de septiembre 1957 la planta de plutonio experimentó fuga radioactiva. Krivonishenko fue una de las personas que se envió para limpiarlo. Pensaron que la ropa radiada podía ser suya, algo absurdo, Yuri tenía más conocimientos sobre la radiactividad que la mayoría de la gente en el momento y es muy poco probable que guardaba alguna de la ropa que llevaba dos años antes del viaje. Sobre todo sabiendo que estaba contaminada. Pero es un dato importante saber que al menos dos miembros del equipo sabían lo que era exponerse a las radiaciones. ¿Encontraron algún resto de material radiactivo por la zona, lo llevaron a la tienda y allí comprobaron lo peligroso que era?. Que falten cosas de la tienda no es raro, cuando una vez avistada por el ejército, tardaron 14 días en dar el aviso, si tenemos en cuenta las declaraciones de Yuri Yudim.
Aun así la radiactividad era leve, y se centraba en una sola de las prendas (hay discrepancias entre el abrigo de Dubinina y los pantalones hechos jirones y usados por ella de su compañero muerto). En cuanto a la lengua de la mujer, el las fotografías se la ve cabeza abajo, con la cara sumergida en el arroyo que se formó durante el deshielo.
Actualmente, el paso Dyatlov se ha convertido en lugar de atracción morbosa turística. Siete de los fallecidos están enterrados en el cementerio de Ekaterinburg. Por razones desconocidas, los cuerpos de y de fueron trasladados a otro cementerio más alejado al que está prohibido el paso.
Esta es una de las fotografías recuperadas que casi no se conoce. Parece que hay un cierto enfrentamiento entre Dyatlov y Zolotariov. El cadaver de Dyatlov mostraba lesiones en los puños típicas de una pelea, pero se dice que las contusiones que todos presentaban fueron producidas por los espasmos y la agitación anterior a la muerte por congelación.
En esta zona habitaban la tribu de los Mansi. Los mansi también fueron sospechosos de las muertes de los esquiadores, por la coincidencia del número nueve, por adentrarse en sus territorios, pero pronto fueron descartados como culpables, de hecho, su ayuda fue muy importante en las tareas de búsqueda.
Se decía que podían estar enojados con los chicos por entrar en territorio sagrado, pero esa zona para ellos no era sagrada en absoluto, al contrario, pensaban que estaba embrujada.
Aunque les hubieran atacado guerreros mansi armados, los esquiadores también iban armados. Llevaban un fusil, un hacha y varios cuchillos, exceptuando algún cuchillo que apareció con los cadáveres, todo lo dejaron en la tienda. Si te atacan ladrones o gente de la tribu molestos, primero no huyes sin las armas, y segundo, los ladrones habrían saqueado el campamento, y no se llevaron nada. Y aparte de las huellas de los chicos y los posibles destrozos que causara el equipo de rescate (añado otra vez que esperaban encontrarlos vivos, por lo que no fueron muy cuidadosos con dónde pisaban al descubrir el campamento) no había rastro de más personas.
Las huellas de la fotografía son las que se usaron para seguir el rastro del grupo, conducían hacía el árbol dónde aparecieron los dos primeros cadáveres. Se les llama “huellas en columna”, una vez prensada la nieve, la huella se congela y al soplar viento que arrastra el polvo de nieve que las rodea, quedan estas curiosas formaciones, que son las que tuvieron en cuenta para localizarlos. Son las huellas de un grupo de ocho a nueve personas, caminan juntas aunque en algunos tramos alguien se desvía del grupo y vuelve a unirse más adelante. Son huellas antiguas, muy diferentes de las que podrían dejar los equipos de rescate. Pocos de los pies llevan zapatos y la dirección coincide con la posición de los cuerpos.
Llevan un paso organizado, todas las demás pisadas caóticas alrededor de la tienda lo más probable es que pertenezcan al equipo de rescate, por lo que la teoría de la huida a lo loco no se sostiene. Abandonaron con mucha prisa la tienda, sí, pero sabían hacia dónde se dirigían.
También se especuló con un posible ataque de fugitivos ocultos en la montaña. Siberia, en el momento de la tragedia era todavía una tierra de Gulag o deportación de presos políticos. Muchos campos de concentración pequeños se dispersaron por toda la región. El más cercano era el de Ivlag a pocos kilómetros del sitio de una tragedia. En ocasiones hubo fugas, los presos se escapan y se esconden durante años e incluso décadas, juntos en lugares aislados.Los jóvenes pudieron convertirse en testigos no deseados y ser asesinados. Muchos de los presos políticos lucharon en los frentes de la Segunda Guerra Mundial, sabían cómo matar y no les preocupaba hacerlo. Pero sin en un solo día estas pobre criaturas se congelaron, no me imagino un campamento de fugitivos en un lugar tan inhóspito, sin contar con que no hay rastro de ellos ni los mansi tienen noticias suyas.
Por otra parte Yury Yudin, que tuvo que reconocer el equipo, la ropa y los cuerpos de sus amigos, descubrió un pedazo de tela que no pertenecía a ninguno de los miembros del grupo. Era un “obmotki”, una pieza de ropa que se usaba para envolver alrededor de los pies o las piernas para mantener el calor, enrollándolo como una venda. Tienen una forma característica y es de un material determinado. Se utiliza ampliamente entre los soldados en los años 40 y después entre los prisioneros de los campos de concentración de Stalin. Y quién sabe si no lo seguiría usando algún soldado de la época. Nadie sabe cómo llegó aquí y nadie sabe cómo desapareció de la sala de pruebas. Pero lo hizo.
Teoría de una avalancha
Esta fue la primera versión casi oficial. El tiempo había empeorado dificultando la visibilidad, ellos mismos lo explican en sus diarios. La zona de la montaña que eligieron para acampar era propensa a sufrir avalanchas y ellos lo sabían, por eso una de las dudas que surgieron fue por qué eligieron ese lugar, que no era el más apropiado. Se pensó que debido al mal tiempo se equivocaron de camino, y demasiado cansados para retroceder, acamparon en ese lugar. Yuri, el único superviviente, no opinaba lo mismo; conocía la forma de pensar de Dyatlov, y en su opinión, sí es cierto que el mal tiempo les retrasó más de lo previsto, y la acampada debía ser 20 kilómetros más adelante, una vez pasada la falda de la montaña, pero en lugar de retroceder y perder más tiempo o avanzar que era más peligroso, lo más lógico era que acamparan justo donde lo hicieron. Era cierto que en esa ladera se producían avalanchas ocasionales, pero nada indicaba que fuera a ocurrir una, y estaban lo suficientemente alejados para huir y protegerse.
Teniendo esto en cuenta, no es descabellado pensar que el miedo a un desprendimiento de nieve no estuviera presente entre ellos, habían aceptado un riesgo. La teoría oficial continua indicando que durante la noche, un potente ruido les hizo creer que se estaba produciendo un alud, de ahí su salida precipitada de la tienda y el correr a ponerse a salvo en el bosque.
Una de las últimas fotos del grupo, estableciendo su último campamento.
No hubo ninguna avalancha ni esa noche ni después, la nieve que cubría la tienda y los cuerpos era mínima y la justa en una montaña donde cae la nieve. El equipo de los jóvenes (los esquíes, etc) estaba clavado rodeando la tienda tal y como lo dejaron ellos, así lo demuestran las últimas fotos tomadas por el equipo y las del grupo de rescate. De haber un movimiento en la nieve, estarían cubiertos o desplazados y no es así.
El equipo de los esquiadores perdidos sigue en la misma posición.
No hubo desprendimientos, por lo que la teoría oficial continua diciendo que el ruido que les asustó pudo ser el de un avión en pruebas, cerca hay una base militar, y eso explicaría las luces naranjas que vieron los excursionistas. Unos deportistas cualificados saben distinguir el sonido de un avión y el de la nieve deslizándose, pero aunque así no fuera y la tensión les hiciera separarse de la tienda, al ver que no había peligro y que se estaban congelando, hubieron vuelto a por su ropa de abrigo, cosa que no hicieron.
En estas dos fotos se aprecia cuales eran las condiciones meteorológicas durante su último trayecto. Como veréis van muy abrigados.
Es de día, y en el diario del grupo indican que la temperatura es de -18º a -24º de día. El sol está a punto de ponerse, a las 17:02 horas. La última anotación del diario de Dyatlov, dice:
“No podemos dejar que cualquiera en nuestra situación comience el ascenso a las montañas. A cerca de 16:00. Debemos elegir el lugar para la carpa. Hay viento, un poco de nieve. La capa de nieve es de 1,22 metros de espesor. Cansado y agotado, empezamos a preparar la plataforma para la tienda. La leña no es suficiente. No cavaremos un hoyo para el fuego. Demasiado cansado para eso. Cenamos justo dentro de la tienda. Es difícil imaginar un gran consuelo en algún lugar de la cordillera, con un viento penetrante, a cientos de kilómetros de distancia de los asentamientos humanos.”
Los daños en los cuerpos tampoco los pudo producir una avalancha, porque la línea de pisadas se aprecia que todos salieron por su propio pie, sin embargo, la herida del cráneo y la del tórax los inmovilizaría por completo y de inmediato. Les tendrían que sacar sus compañeros de la tienda y llevarlos con ellos, pero no hay marcar de arrastre y precisamente los más heridos fueron los últimos en morir.
¿Alguien se ha fijado en una especie de crucecita que se aprecia en la fotografía que toma el equipo de rescate de la tienda?
Fue tomada el 26 de febrero. El que está de espaldas es Vadin Brusnicin, compañero de los fallecidos del Instituto Politécnico y de los primeros en comenzar la búsqueda. La tienda es inconfundible, ya que la fabricaron uniendo dos carpas Igor Dyatlov y su amigo Boris Slovkov, que fue quien encontró e identificó la tienda. Es la primera foto tomada de la tienda, cuando aun creían que encontrarían vivos a sus compañeros. La cruz no tiene ningún significado religioso, ya que estamos en la antigua Unión Soviética, un estado ateo. Y esa misma cruz aparece en la última foto del equipo perdido mientras montaban esa misma tienda, el 1 de febrero.
O bien se trata de parte del equipo o de una señal para saber dónde establecerse. No está cubierta por la nieve.
En 25 días las condiciones climáticas no cambiaron mucho, como se aprecia en las fotos del equipo de rescate.
Teoría de la conspiración militar
La que casi todos tienen en mente. Y después de analizar las anteriores, muchas pistas apuntan a ella. Armas químicas, misiles de prueba, prototipos de aviones sobrevolando la zona…
No era desconocido para nadie que aquella fue una zona de maniobras militares. Gran parte de la zona era militar. Ekaterimburgo estaba rodeada de misiles antiaéreos. En esos años estaban probando un prototipo de misil que fallaba más que una escopeta de feria. Quitar de en medio a testigos inoportunos no es era un problema para ellos. Se supone que conocían la ruta que seguirían los chicos, pero los accidentes ocurren. Cerca de Sverdlovsk existía un gran complejo de experimentación de armas químicas.
Entre los tipos de armas que se podían estar experimentando, se habla de algo que explotó, aunque no aparecieron restos, lo que explicaría los daños físicos en cuatro de los chicos. Algún tipo de spray paralizante, resonancias ultrasónicas que producen confusión momentánea, un fuerte reflejo que pudo cegarlos, un arma química. Cualquier cosa que justificara su huida y por qué no volvieron a la tienda. Eran testigos incómodos y había que ejecutarlos. Aviones de prueba sobrevolando la zona, y tal vez rociando algún producto, no se puede descartar.
¿Y qué opinaba Yuri?. Él siempre estuvo convencido de que los militares tuvieron algo que ver. Tuvo que reconocer los cuerpos de sus amigos, que a juzgar por las fotografías de los cadáveres no tuvo que ser nada agradable y explicar qué prenda era de quién. También identificó dos materiales que no pertenecían al grupo, una tela militar y unas gafas, militares. Se encontraron tres cámaras dentro de la tienda, todas con fotografías similares desde distintas perspectivas, pero él insistió en que eran cuatro las cámaras que llevaban sus compañeros. También faltaba uno de los diarios.
Yuri Yudin también menciona que en algún momento de la investigación, vio unos documentos en los que indicaba que los militares comenzaron las indagaciones 10 días antes de que empezara la búsqueda oficial por la gente del Instituto Politécnico. Pero estos documentos también desaparecieron. También vio cómo se sacaban de la sala de autopsias recipientes con los órganos de sus amigos para enviar al laboratorio, que nunca llegaron. Y si llegaron, no hay informes de ellos. A pesar que los informes forense preliminares son muy detallados y profesionales.
El barranco donde aparecieron los últimos cuatro esquiadores, era una fosa cavada por ellos mismos aprovechando el desnivel del barranco, en teoría para protegerse del frío, pero allí aparecieron los más heridos. Tal vez fue en primer refugio al apagarse el fuego del árbol.
Teoría de espionaje
Por último, se ha llegado a afirmar que al menos uno de los miembros del equipo era un doble espía infiltrado. También hay quien opina que todos eran espías o estaban trabajando en algún proyecto secreto dentro del Instituto Politécnico. Sí es cierto que tres eran estudiantes de ingeniería, pero el resto de radio y economía. El sospechoso es el guía, Zolotariov, es mayor que el resto (37 años), usaba un nombre falso (no se llamaba Alexandre, sino Zenem) de origen cosaco y estuvo en el ejército. Era un veterano de guerra de un pelotón del que solo sobrevivió un 3%, tenía tres medallas al valor, cuando como mucho los veteranos tenían una, antes de la segunda ya estaban muertos.
Eso explicaría por qué había una prenda contaminada de radiactividad, aunque leve. En aquella época, los occidentales no tenían un acceso fácil para infiltrarse como espías, por lo que contrataban a ciudadanos rusos. Su misión era localizar los lugares dónde podría enriquecerse uranio, por eso intercambiaban con el espía en cuestión un objeto o una prenda impregnada de radiactividad. La central nuclear secreta de Tomsk-7 fue descubierta así, mediante el intercambio del gorro de un esquiador contaminado de radiación. Se supone que Zolotariov era un doble espía, le contactaban para entregar una prenda contaminada pero era una trampa para que la KGB diera con el occidental.
Muchas teorías, pero ninguna solución.
Tengo que hacer una aclaración muy importante: En las fotografías de los cadáveres (que no publicamos ahora), éstos están vestidos. Cuando se habla de ropa interior realmente habría que hablar de “ropa de interior”,o se dice que los fallecidos estaban medio desnudos, realmente no es cierto. Los esquiadores llevaban dos tipos de ropa, la de estar dentro de la tienda, que es la que se considera como ropa interior (ropa de interior, de interior de la tienda), y la de abrigo de exterior. La ropa de interior eran camiseta de manga corta, camiseta de manga larga, jersey (uno o dos), pantalones gruesos y varios pares de calcetines. También tenían un calzado especial para andar por la tienda. Salen de la tienda con la ropa de reposo dejando la de abrigo de exterior y los dos pares de zapatos. es raro que no llevaran puestos sus zapatos de interior de la tienda, puede que el incidente ocurriera justo cuando se estaban cambiando de calzado.
Los cadáveres encontrados bajo el árbol sí llevaban poca ropa, pero porque sus compañeros la cortaron en jirones para abrigarse, una vez estaban muertos y seguramente en rigor mortis, por eso tuvieron que cortar la ropa.
Esto descarta la teoría del “desnudo paradójico” por hipotermia, que viene a decir que en momentos de hipotermia extrema, los afectados comienzan a quitarse la ropa, desorientados. Ellos no estaban desorientados, porque intentaban mantener el calor por todos los medios. Pero un par de jerseys de lana y unos pantalones, en una noche que superó los -20º centígrados (se llega a especular con una sensación térmica de unos -30º debido al fuerte viento que soplaba), es prácticamente como estar desnudo.
Informe forense
El misterio de las muertes sigue siendo un misterio, pero al menos sabemos cómo murieron. Cuál fue la fuerza fuera de lo común que lo provocó, sólo puede intuirse.
Las autopsias de los cinco primeros cadáveres, se llevó a cabo en un pueblo de Vizhai por Boris Alekseevich Vozrojdenniy (irónicamente, su apellido significa “renacer”). Doroschenko, Krivonischenko, Dyatlov y Kholmogorova el 4 de marzo. Rustem Slobodin fue descubierto el 5 de marzo, por lo que su autopsia se produjo el día 8. Todos tenían contusiones, hematomas, abrasiones por congelación, congelación, manchas marrones (producto de las quemaduras en el hielo) y murieron de hipotermia.
Los cuatro restantes los encontró un cazador mansi con su perro. La zona de deshielo se había convertido en un arrollo, la carne congelada y mojada después los dejó muy deteriorados.
A los cuatro les faltaban los ojos y parte de la piel de la cara. Lyubina no tenía lengua ni parte de la cara incluido el labio superior. En el estómago encontraron sangre, podría ser de la hemorragia torácica o la lengua la perdió viva. Las costillas rotas del torax habían perforado la aurícula derecha del corazón.
El golpe en la cabeza de Thibeaux, con hundimiento y fragmentación del hueso temporal, le produjo una hemorragia que le dejaría sin sentido inmediatamente. Zolotariov también tenía las costillas del lado derecho fracturadas, le herida era abierta. Los tres murieron a consecuencia de las heridas, Kolevatov tenía el cuello en una posición extraña, parece que murió de hipotermia.
La tienda
En un principio se pensó que los desgarros en la tienda se produjeron desde fuera, fue en el almacén de pruebas donde la señora de la limpieza sugirió que parecían estar hechas desde dentro. Tenía razón, tuvieron que aceptar esta teoría.
El misterio sigue aquí, en la tienda de campaña, junto con sus objetos personales, su ropa de abrigo y el motivo que provocó su muerte.
Dyatlov diseñó una estufa especial para colocar en el interior de la tienda, como se ve en la foto. La última noche no la montaron, estaban muy cansados y no tenían leña.
La última fotografía
Se dice que ésta es la última fotografía que hicieron los chicos. La cámara pudo dispararse por accidente, en el techo de la tienda había una lámpara. O también pudo dispararse después, durante la manipulación de los objetos encontrados.
La radiactividad
Yuri Krivonischenko (Юрий Кривонищенко) trabajó en Chelyabinsk-40, una instalación nuclear secreta que sufrió un desastre que se conoce como el “Accidente Kushtumkoy”. El 29 de septiembre 1957 la planta de plutonio experimentó fuga radioactiva. Krivonishenko fue una de las personas que se envió para limpiarlo. Pensaron que la ropa radiada podía ser suya, algo absurdo, Yuri tenía más conocimientos sobre la radiactividad que la mayoría de la gente en el momento y es muy poco probable que guardaba alguna de la ropa que llevaba dos años antes del viaje. Sobre todo sabiendo que estaba contaminada. Pero es un dato importante saber que al menos dos miembros del equipo sabían lo que era exponerse a las radiaciones. ¿Encontraron algún resto de material radiactivo por la zona, lo llevaron a la tienda y allí comprobaron lo peligroso que era?. Que falten cosas de la tienda no es raro, cuando una vez avistada por el ejército, tardaron 14 días en dar el aviso, si tenemos en cuenta las declaraciones de Yuri Yudim.
Aun así la radiactividad era leve, y se centraba en una sola de las prendas (hay discrepancias entre el abrigo de Dubinina y los pantalones hechos jirones y usados por ella de su compañero muerto). En cuanto a la lengua de la mujer, el las fotografías se la ve cabeza abajo, con la cara sumergida en el arroyo que se formó durante el deshielo.
Actualmente, el paso Dyatlov se ha convertido en lugar de atracción morbosa turística. Siete de los fallecidos están enterrados en el cementerio de Ekaterinburg. Por razones desconocidas, los cuerpos de y de fueron trasladados a otro cementerio más alejado al que está prohibido el paso.
Esta es una de las fotografías recuperadas que casi no se conoce. Parece que hay un cierto enfrentamiento entre Dyatlov y Zolotariov. El cadaver de Dyatlov mostraba lesiones en los puños típicas de una pelea, pero se dice que las contusiones que todos presentaban fueron producidas por los espasmos y la agitación anterior a la muerte por congelación.
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